viernes, 11 de septiembre de 2015

A orillas del Guadalete (I)

De vez en cuando, cojo la bicicleta para dar una vuelta por unos campos de cultivo que hay a no muy lejos de mi casa. Normalmente suelo llegar hasta el monasterio de La Cartuja (Jerez), me acerco a ver el río pasar y me vuelvo. No son pocos los animales que viven por esta zona, pudiendo destacar algunas nutrias (Lutra lutra), que se pasean sin que la mayor parte de la gente lo sepa.
Ardeola ralloides
El otro día, salí de improvisto, y al llegar tuve la mala (o buena) suerte de que la bici se me había pinchado. No llevaba ni cámaras ni parches, y mi casa quedaba andando demasiado lejos, por lo que no tuve otra solución que esperar a que me trajesen una, 4 horas después.

En todo ese tiempo, me senté bajo un gran eucalipto y me quedé embobado ver pasar el agua del río, cargado de vida, aunque la limpieza de esta no fuese la que debería de tener. Nada más llegar una garza cangrejera (Ardeola ralloides) me miraba igual de impresionada que yo a ella. No me dio tiempo a hacerle muchas fotos hasta que emprendió el vuelo por encima del Guadalete.

La orilla estaba invadida por Gambusias, mientras las carpas acechaban en aguas más profundas a que alguna gambusia se despistase. 

Gallinula chloropus
En el eucalipto también había más vida de lo que parecía. La conchuela del eucalipto (Glicaspis brimblecombei) invadía sus hojas, mientras muchos pájaros cantaban ramas más arriba. A mi alrededor cientos de pequeños insectos hacían su vida normalmente: Mientras algunas abejas construían túneles en el suelo, otras se dedicaban a libar de las multiples flores que bordeaban el río. Mientras tanto, algunas arañas esperaban pacientemente a que alguna de estas se posaran en la flor equivocada.

Tras pasar un rato me acerque a otra zona del río, donde descansaba una polla de agua (Gallinula chloropus), aunque parece que no le gustó mi visita. ya que salió volando sin que me diese tiempo a reaccionar. Volví a mi zona de descanso y pasé allí el resto del tiempo que quedaba. De fondo sonaban las campanas del monasterio, que se mezclaban con el pasar del río y con los incesantes cantos de infinidad de pájaros que viven en estas orillas del guadalete.


Y es que, aunque no lo sepamos tenemos algunos paraísos más cerca de lo que creemos.




Glicaspis brimblecombei

Salticidae

Eyprepocnemis plorans


Cuscuta europaea


Gran nido de Polistes dominula

Gegenes nostrodamus

Spilostethus pandurus

Rhynocoris erytrhopus

Lampides boeticus


"No hay que irse tan lejos para poder relajarte en tu propio paraíso"

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